
Prepararse para un viaje implica más que solo emoción; también exige conocimiento, sobre todo cuando vas a pasar controles. Es por eso que debes tener presente las reglas sobre líquidos en el equipaje de mano. La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) establece límites claros sobre lo que puedes o no puedes llevar en tu equipaje de mano, especialmente cuando se trata de líquidos, aerosoles, geles, cremas y pastas. Pero como toda regla, esta también tiene sus excepciones. Toma nota a fin de evitar tener que desprenderte de algún valioso producto antes de abordar.
Cuánto líquido se puede llevar en el avión
La famosa regla 3-1-1 indica que los pasajeros pueden llevar una bolsa de un cuarto de galón con envases de hasta 3.4 onzas (100 ml) cada uno. Todos los líquidos deben caber en esa sola bolsa, que se muestra en el punto de control de seguridad. Cualquier artículo que exceda los 100 ml debe ir obligatoriamente en el equipaje facturado, a menos que esté en la lista de excepciones.

Cuáles son las excepciones a la regla de los líquidos de los aviones
¿Y qué artículos pueden sobrepasar los 100 ml y aún así ir en tu equipaje de mano? Más de los que imaginas. Por ejemplo, la TSA permite llevar medicamentos líquidos, así como soluciones para lentes de contacto, si se consideran médicamente necesarios. También puedes llevar leche materna, fórmula para bebés, comida infantil y mordedores líquidos, sin preocuparte por el tamaño del envase. Eso sí, antes de pasar la revisión es necesario avisar a los agentes de la TSA.
Si tienes baterías húmedas no derramables o accesorios como paquetes de gel o hielo necesarios por motivos médicos, también están permitidos. Y si compraste algo en el duty free (libre de impuestos) y está sellado adecuadamente, puedes pasarlo sin problemas.
¿Por qué hay restricción de líquidos en aviones?

La regla 3-1-1 se creó como una medida de seguridad antiterrorista. Fue implementada luego de intentos de ataques con explosivos líquidos, y su propósito es limitar los riesgos sin eliminar por completo el acceso a productos necesarios. Es una medida internacional respaldada por expertos en explosivos.
Sin embargo, la tecnología podría cambiar este panorama en el futuro. Con la implementación de escáneres de tomografía computarizada (CT), los agentes pueden ver imágenes en 3D de los artículos que pasan por los puntos de control. Esto permite detectar sustancias peligrosas con mayor precisión, y ha llevado a algunos aeropuertos a relajar sus políticas con los líquidos.
Pero no te emociones demasiado rápido. Según New York Post, la TSA mantendrá la regla actual al menos hasta el año 2040. Así que, aunque el futuro promete mayor flexibilidad, por ahora tendrás que seguir empacando tus productos líquidos con cuidado y seguir al pie de la letra la regla 3-1-1.