La Selección Peruana pisará Alemania tras largos 82 largos años cuando enfrente al elenco local este domingo. El paso del tiempo hizo que la historia de nuestra participación en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 se distorsione a niveles casi de fantasía. Incluso, desde el génesis pues la organización previa al viaje fue, como de costumbre, un desorden que hasta comprometió la presencia nacional en tierras germanas.
Perú no necesitó ningún torneo para clasificar, solo se tuvo que inscribir. Fiel a nuestra costumbre, lo hicimos sin ninguna planificación previa así que la FPF debía hacer de todo para conseguir fondos. La idea era llevar hasta 20 futbolistas, pero todo hacía indicar que viajarían solo 17. Para colmo, Plácido Galindo renunció como entrenador pues el estudio de abogados donde laboraba no le permitía ausentarse por tres meses.
Sin dinero, entrenador y un futuro claro, se armó un grupo con jugadores de Alianza Lima, Sport Boys y Universitario. Luego de una serie de amistosos, se convocó a 19 futbolistas (8 del Boys, 7 de Alianza y 4 de la 'U'), pero, Dios sabrá con qué presupuesto, Claudio Martínez, presidente de la FPF, pidió que se llamen a tres más y así los once futbolistas rosados viajaron hacia Berlín.
Hasta ahí, ningún dirigente se había percatado de un gran detalle. Los Juegos Olímpicos era un torneo netamente para deportistas amateur, es decir, que no recibían sueldo por estas actividades. El fútbol se hizo profesional en el Perú en 1951, pero todos los futbolistas cobraban dinero por jugar. El debate fue intenso, pero acordaron que la Federación Peruana de Fútbol se hacía responsable en cualquier circunstancia, como una especie de premonición de lo que sucedería.
La Selección de Sullana, vigente monarca del campeonato nacional (por eso el estadio allí se llama 'Campeones de 1936) llegó a Lima en avión, un lujo de la época, para jugar ante los olímpicos del 7 de junio. En un bochornoso partido en que la bicolor salió con nueve a la cancha pues hasta 'Lolo' Fernández se ausentó, y completó con dos futbolistas en la tribuna, uno enfermo, Perú goleó 3-0. Los hinchas enfurecidos sacaron lo peor de sí: se metieron a la cancha e incendiaron la tribuna. Un desastre.
Aún así, la Federación Peruana de Fútbol consiguió fondos suficientes para el viaje. Habían acordado viáticos de 400 soles para la delegación, y los subieron hasta 600. Además, eran 24 los viajeros al sumar al masajista. Recién el 9 de junio se designó a Alberto Denegri como el entrenador tras una polémica votación entre los directivos. Con el plantel armado
La delegación peruana viajó a bordo del vapor Oracio hacia Génova (Italia) del 13 de junio al 7 de julio y luego viajaron en tres hasta Berlín, arribando el 8 de julio. El sorteo del fixture puso a la selección de fútbol entre los equipos 'más difíciles' por la supremacía olímpica sudamericana gracias a Uruguay y porque la bicolor viajó con su mejor equipo, al igual que Egipto, ya que no existía el balompié profesional.
El jueves 6 de agosto de 1936 a las 10:30, la Selección Peruana hizo su debut olímpico ante la inexplorada Finlandia. La tarea no fue difícil y los nuestros golearon 7-3 con cinco anotaciones de 'Lolo' Fernández. No hay mucho que decir del partido, más que la bicolor dominó de gran forma, aunque se desgastó en los últimos minutos. No había mucho que celebrar pues dos días después debía enfrentar a Austria por cuartos de final.
Sábado 8 de junio. 11:30. Hertha-Platz de Berlín. Perú enfrentaba a Austria, que era potencia en aquella década, pero en los Juegos Olímpicos se presentó con futbolistas amateurs. En un partido de muchas, pero muchas faltas, tanto que Adolf Laudon salió lesionado en el segundo tiempo y regresó en los extras, los peruanos empataron un 2-0 en contra, forzaron los 30 minutos adicionales y ganaron 4-2.
Luego, todo depende de dónde te cuenten la historia. En el Perú, se dice que Hitler no aguantó que un equipo de morenos avance en sus Juegos Olímpicos y ordenó que se perjudique al Perú. Alemania había sido eliminado un día antes por Noruega, aún así su ira fue contra los humildes sudamericanos. En un acto soberano, la delegación peruana se rebeló ante el poderoso líder germano y abandonó el torneo.
Pues Adolf Hilter, en esa época admirado por varios peruanos, ni estaba enterado del partido. En ese mismo instante estaba en el Estadio Olímpico para ver el atletismo. Más allá si el reclamo fue justo o no, Austria cumplió con los plazos en sus quejas que los hinchas de la bicolor invadieron la cancha y hasta agredieron a sus jugadores. En un acto impensado, la FIFA, al no encontrar responsables y con ningún peruano presente para defenderse, ordenó repetir el partido a puertas cerradas.
Una coordinación de Claudio Martínez con el mismísimo presidente de la República Óscar Benavides acabó con el abandono de la delegación peruana de Berlín. La insistencia del Comité Olímpico local fue grande pues no querían ver manchado ni el torneo ni a Alemania. La FIFA reprogramó hasta dos veces el partido, el segundo el mismo día de la semifinal ante Polonia, pero Perú no miró hacia atrás. Quedamos fuera por Walk Over, el primero y único en nuestra historia.
Varias delegaciones manifestaron su apoyo a Perú, sin embargo solo Colombia fue la única en abandonar Berlín junto a Perú. Los deportistas regresaron en setiembre y fueron recibidos como héroes. El resto es historia o fábula. Así fue la primera y única visita de la Selección Peruana en Alemania. Este domingo, peruanos y germanos se verán las caras por segunda vez en la historia: el primero fue en el Mundial de México 1970 con triunfo europeo por 3-1.