El primero debutó con gol. El segundo intentó convencer que puede ser útil a la Selección Peruana. Beto da Silva (19) y Cristian Benavente (22) son parte del recurrente tema de conversación en las salas de redacción: el bendito cambio generacional. Ayer, en la goleada contra Trinidad y Tobago, nos fijamos específicamente en el desempeño individual de ambos jugadores, y este es el análisis puntual de cada uno de ellos:
Beto da Silva: Ayer jugó en dos posiciones. Primero como único nueve, apoyado por dos extremos (Flores y Hohberg) y un alimentador: Christian Cueva. Y luego como puntero por la izquierda. En la primera posición le costó hacer de Paolo, experto en controlar el juego de espaldas al arco rival, algo que Beto no está habituado a realizar. Terminó pasándole lo que muchas veces ha sido cuestión de análisis con Claudio Pizarro: nunca pudo alternar sus retrocesos con movimientos profundos debido a la falta de eficacia para el último pase por parte de los volantes. Beto es, por ahora, un futbolista que necesita jugar perfilado al arco contrario. Fue de esa manera que logró convertir el dos a cero de Perú frente a Trinidad y Tobago. Salvo esta, no tuvo otras ocasiones claras para anotar. Como extremo por la izquierda, decidió siempre por la acción individual, en diagonal hacia la portería rival. No trascendió, aunque creemos que de esta manera es como hace más daño: con espacio por delante para desequilibrar y, si fuese el caso, solucionar individualmente lo que el colectivo no puede. Con poco espacio, sufrió para ser protagonista del juego hilvanado que propuso Perú.
Cristian Benavente: Causó sorpresa su entrada debido a que no había tenido un solo entrenamiento con la Selección (llegó la noche anterior al partido). Ingresó en el segundo tiempo para jugar como único delantero, una posición en la que no se le había visto jugar antes. Con Ahmed, en la Sub 20 del 2013, había sido mediapunta, pero nunca centrodelantero. La ovación con la que ingresó al terreno de juego se fue diluyendo con el correr de los minutos porque Perú dejó de ser protagonista para ser conservador: cedió sin reparos el balón a Trinidad y Tobago. En el terreno individual, no fue su mejor presentación. Le recordamos mejores participaciones. Decidió siempre por la acción individual en lugar del pase al compañero, pese a que tuvo chances de esto último. Lo de Benavente, en mi opinión, tiene una sola lectura: quiere demostrarle a Gareca como sea que es útil para el equipo, que puede ser determinante, y que necesita chances para lograrlo. No en vano hoy fue a entrenar en la Videna pese a que el técnico había dado día libre a los jugadores. Es bueno que un futbolista de su edad quiera revelarse frente a la adversidad (de no haber tenido las suficientes oportunidades de jugar por parte de Gareca), siempre y cuando en el campo, la acción individual no se convierta en una obligación por un caso estrictamente personal.
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#SelecciónPeruana: el análisis de una goleada que no debe engañarnos. https://t.co/0F8tOop7Zl pic.twitter.com/JABShWNvc4
— Diario Depor (@deporpe) May 24, 2016