Hay futbolistas que nacieron para marcar una época, otros que fueron tocados por la varita y unos pocos que llevan en la sangre el amor por sus colores. Edison Flores pertenece a este último grupo, porque es la muestra en su estado más puro de lo que significa ser de Universitario de Deportes. El canterano que nació de Collique y volvió para cumplir su sueño es la historia de un libro que él mismo escribió. Y lo hizo con perfil bajo, sin hablar mucho; pero siendo el protagonista de su propia narrativa. Flores, el jugador que regresó a la ‘U’ para ser campeón, fue la llave que abrió las puertas hacia el título nacional de los cremas después de 10 años de sequía.
Alguna vez el gran Daniel Peredo describió a Edison en sus narraciones con un epíteto que luego se inmortalizó. “El de los goles importantes”, lo llamó el ‘Cabezón’, porque aparecía cuando la selección peruana más lo necesitaba, cuando sus compañeros más lo pedían. Y como si se tratase de una misma historia, aunque esta vez vistiendo la camiseta crema, el Flores rebelde que nos gusta ver impuso su presencia en Matute, hizo gala de su jerarquía para reescribir la historia. Con un golazo de cabeza, mientras el hincha de Alianza Lima todavía buscaba dónde sentarse, silenció a 30 mil almas en apenas tres minutos, como un destello de epicidad que perduró en el tiempo.
🔥 Edison Flores y el GOL con el que la 'U' se encaminó al TÍTULO#AlianzaLima 0-2 #Universitario
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Flores fue siempre un predestinado en el fútbol. Quizá el hincha crema no lo sabía, pero él daba pistas de lo que podía suceder cuando decidió volver en junio pasado. Sin continuidad en Atlas y en medio de su desesperación por jugar, Edison puso de su parte para facilitar su préstamo a la ‘U’. Firmó sin pensarlo mucho y se vio a sí mismo al final del recorrido. “(Escogí) el número 19 por las dos primeras iniciales del año que se fundó la ‘U’. Es más, si ven la camiseta de Andy Polo es la 24″, contó Flores. Y, precisamente, fue esa dupla la que se juntó para armar la jugada que terminó en el gol de Edison. Centro de Polo y cabezazo del ‘Orejas’; o en otras palabras, el gol que inició la fiesta del título.
Pero Flores no solo fue aquella máxima expresión del gol. También tuvo que reinventarse y adaptarse a una posición desconocida. Cuando Jorge Fossati lo recibió en los entrenamientos, tuvo una charla privada con él. Le dijo qué quería de su juego, cómo iba a encajar en su sistema 3-5-2. Y Edison, como el profesional que es, aceptó el desafío. Pararse al lado del ‘9′ era una forma de liberarse de la banda izquierda y demostrar su polifuncionalidad. Siempre lo vimos a un lado del campo en la bicolor, pero esta vez le tocó estar más cerca del área, rondando la zona del gol.
Y convencido por la filosofía de Fossati, Flores empezó a brillar de menos a más. En poco tiempo, se hizo más importante para el equipo. Recibió la confianza del entrenador, el respaldo des sus compañeros y el apoyo de sus hinchas. Anotó seis goles en 15 partidos, y dos de ellos fueron los más claves. El que le hizo en la última fecha del Clausura a Sport Huancayo en el Monumental, que aseguró el pase a la final nacional; y el del miércoles a Alianza Lima en Matute, que desató la fiesta crema en la casa del compadre. Edison, el de los goles importantes, fue un predestinado a vivir esto. Regresó para ser campeón y seguramente seguirá para volverlo a intentar.
El canterano de la ‘U’, aquel que nació en el barrio de Collique pateando un balón viejo sobre la pista, es todo lo que está bien en el fútbol. Es el ejemplo de constancia y perseverancia; de disciplina y talento. Porque no basta con ser un crack con la pelota en los pies, hay que ser un profesional para que el éxito trascienda. Sobre todo, para dar ejemplo a las generaciones que vienen después. Y así, en medio de la alegría por la estrella 27, Edison pudo celebrar su primer título nacional con Universitario. Tuvo que volver del extranjero para poner fin a diez años de sequías. Con garra, con empuje, con jerarquía, hoy el fútbol es más justo con él y es necesario entenderlo.
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