Difícil olvidar a ese volante rápido y duro en la marca, pero a que también pisaba el área y anotaba goles. Jugaba en el Chelsea, pero decidió aceptar una millonaria oferta del Jiangsu Suning, equipo de la primera división de China. Sí, Ramires.
Precisamente fue en este club que el brasileño tuvo una conducta que siempre será reprochable, por más justificada que pueda ser. Si nadie controlaba al ex jugador del Chelsea, este hubiese golpeado al juez del cotejo, quien lo expulsó en el último minuto.
Se jugaba la fecha 16 del torneo chino. El Jiangsu Suning visitaba al Shandong Luneng, en un partido importantísimo para las metas de cada club en la liga. El partido empezó bien para el cuadro de Ramires. Su compatriota Jo anoró el primer gol a los ocho minutos, pero el resultado terminó siendo adverso para los azules.
La calentura del partido, sumada a la frustración de haber estado por encima en el marcador, nubló al volante, que no hizo más que descargar toda su ira con el árbitro del cotejo, a quien no le tembló la mano para expulsar al brasileño.
Pero lejos de calmarse, Ramires fue con toda decisión a golpear al árbitro. Si no hubiese sido detenido por sus compañeros de la banca de suplentes, el caos hubiese sido peor y le habría generado una grave suspensión al jugador que participó en el Mundial de Brasil 2014.
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