La tarde del viernes 11 de abril estaba lista para un nuevo partido de fútbol en el estadio George Capwell. Libertad FC llegaba a Guayaquil para enfrentarse a Emelec por la Liga Pro, torneo de Primera División en Ecuador. Entre los jugadores que descendían del bus del equipo visitante estaba Carlos Arboleda, delantero de 34 años conocido por su velocidad y aporte ofensivo. Sin embargo, lo que parecía una rutina previa al partido terminó en un giro inesperado y polémico.
Apenas bajó del bus y puso un pie en el estadio, Arboleda fue interceptado por agentes de la Policía Nacional de Ecuador, quienes portaban una acta de detención. El jugador fue separado del grupo y escoltado para ingresar a un auto policial, dejando sorprendidos a compañeros, cuerpo técnico y a los pocos hinchas que se habían dado cita con antelación.
Según fuentes cercanas al caso, la detención obedecería a un proceso legal por incumplimiento de pensión alimenticia. Aunque el club no ha emitido un comunicado oficial hasta el momento, se conoció que el futbolista permanecía detenido horas después del hecho.
Mientras Libertad FC se preparaba para enfrentar a Emelec, lo ocurrido con Arboleda se robaba los titulares y encendía las redes sociales. Una situación lamentable que recuerda que, más allá de los goles y las canchas, los jugadores también enfrentan responsabilidades fuera del terreno de juego.
El balón rodó en el estadio George Capwell, pero Carlos Arboleda no fue parte de la historia futbolística de la noche (estaba en lista para ser titular). Su historia, esta vez, quedó escrita en otras páginas, nada deportivas.

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