Las supersticiones no son aleatorias: a menudo reflejan la necesidad de control de un jugador en un entorno impredecible
Las supersticiones no son aleatorias: a menudo reflejan la necesidad de control de un jugador en un entorno impredecible

Algunos frotan monedas de la suerte. Otros evitan el número 13 como si estuviera maldito. Los jugadores hacen una pausa antes de apostar, susurran mantras en voz baja o tocan la mesa de una determinada manera. Pero, ¿por qué? ¿Es sólo un espectáculo o estas costumbres tienen un origen más profundo? En todo el mundo, los casinos están llenos de rituales que parecen casi sagrados. En este artículo analizaremos cómo la superstición se entremezcla en la atmósfera de grandes apuestas de las salas de juego.

¿Suerte o mera costumbre?

Las supersticiones no son aleatorias: a menudo reflejan la necesidad de control de un jugador en un entorno impredecible. Cuando millones de dólares dependen del azar, hasta el gesto más pequeño puede parecer poderoso. Por eso los jugadores se aferran a rutinas, prendas de vestir y amuletos. Repiten acciones que les dieron éxito una vez, con la esperanza de que el rayo vuelva a caer.

En Las Vegas, los jugadores suelen entrar en los casinos por puertas específicas consideradas «de la suerte», y algunos evitan por completo entrar por la puerta principal. En Macao, se sabe que los grandes apostadores exigen determinados crupieres en función de sus ganancias anteriores. No se trata de lógica, sino de memoria emocional. El patrón reconforta. Y cuando uno se enfrenta a una ruleta o a una mesa de póquer, la comodidad lo es todo.

Rituales habituales de casino

Algunos rituales son silenciosos, casi invisibles. Otros son dramáticos, se realizan con plena creencia e intensidad. Entre los más populares, a menudo verá a los jugadores hacer lo siguiente:

  • Soplar en los dados: Arraigado en las películas clásicas y llevado a cabo en las mesas de dados de todo el mundo, se cree que este simple soplido trae buena suerte o enfría los dados «calientes».
  • Vestirse con colores específicos: en la cultura asiática, el rojo se lleva a menudo en las apuestas, ya que simboliza la prosperidad y la fortuna. Muchos jugadores incluso planifican sus atuendos en consecuencia.
  • Cruzar los dedos o las piernas: Un antiguo símbolo de esperanza y protección, cruzar las extremidades mientras se espera una ganancia es común, especialmente entre los jugadores de tragaperras.
  • Tocar la máquina: Algunos jugadores golpean rítmicamente las pantallas o los botones de las tragaperras, creyendo que eso influye en el resultado. Incluso les importa la forma en que pulsan.

Puede que estas acciones no cambien el resultado, pero el subidón emocional que provocan es muy real. Algunas de estas acciones también son utilizadas por los apostadores que hacen o apuestas en cualquier otro evento deportivo. La lógica es la misma - lo más probable es que no haya un impacto real, pero de esta manera los jugadores se sienten un poco más confiados y seguros.

Por qué los jugadores creen

¿Por qué los jugadores experimentados siguen llevando patas de conejo o siguiendo las fases lunares? Porque la superstición suele llenar el espacio que deja la lógica. Ningún algoritmo puede predecir un juego perfecto, así que los jugadores utilizan la creencia como guía. Después de una gran victoria siguiendo un ritual, el cerebro establece una conexión: si funciona una vez, quizá funcione otra.

Incluso los propios casinos juegan con estas creencias. Diseñan los suelos para que fluyan de una determinada manera, evitan colocar relojes y fomentan sutilmente la repetición. Todo, desde la iluminación hasta la banda sonora, está calculado para mantener a los jugadores en una mentalidad específica: centrados, esperanzados e inmersos en el momento. Y cuando llega la suerte, el mérito es de los rituales.

Caramelos y asientos de la suerte

Hay jugadores que esperan horas para sentarse en «su» máquina. Ese asiento, ese ángulo, esa vista... todo importa. ¿El amuleto en el bolsillo o la moneda junto a la pantalla? Tiene historia. Puede que alguna vez le haya tocado el gordo. O puede que nunca les haya fallado.

Estas historias no son fantasía: están por todas partes. En Sudáfrica, hay historias de un hombre que llevó la misma pulsera de cuentas durante 30 años y nunca jugó sin ella. En Mónaco, algunos jugadores de bacará traen números manuscritos de sueños para guiar sus apuestas. Estos objetos y rituales se convierten en parte de su estrategia, su identidad e incluso su suerte.

Colores, números y mitos

La superstición va más allá de las acciones y los objetos. Algunas creencias están arraigadas en números, formas e incluso fechas. Considere estas favoritas de los casinos:

  • Evitar el 13: Muchos casinos se saltan por completo la planta 13, sustituyéndola por la 12A o pasando directamente a la 14.
  • Creencia en el 7: Asociado universalmente con la suerte, el número 7 suele registrar picos en las apuestas cuando aparece en la ruleta o en las tragaperras.
  • Jugadas de luna llena: Algunos creen que las fases de la luna afectan a los porcentajes de ganancias, especialmente durante las lunas nuevas o los eclipses lunares.
  • La mala suerte de jugar con la mano izquierda: en algunas culturas, se cree que usar la mano izquierda invita a la desgracia, por lo que los jugadores cambian conscientemente de mano cuando apuestan.

Estos mitos pueden sonar extraños a los forasteros, pero dentro de los casinos influyen en las decisiones reales y en el dinero real.

Las supersticiones no son aleatorias: a menudo reflejan la necesidad de control de un jugador en un entorno impredecible
Las supersticiones no son aleatorias: a menudo reflejan la necesidad de control de un jugador en un entorno impredecible

Cuando la superstición se une a la estrategia

No todos los rituales son pura fantasía. Algunos jugadores los utilizan para centrarse antes de una apuesta crítica o para frenar decisiones impulsivas. Las técnicas de respiración, las pausas de la suerte o incluso barajar las fichas de una determinada manera pueden calmar los nervios y aumentar la confianza. En el caso de los jugadores de póquer, las rutinas se pueden utilizar incluso para enmascarar pistas o controlar el lenguaje corporal.

Un campeón de blackjack contó una vez que siempre daba dos golpecitos con los dedos en el fieltro antes de dar un gran golpe, no porque le trajera suerte, sino porque le recordaba que tenía que pensar. Los rituales, cuando se utilizan correctamente, pueden mejorar la disciplina y la concentración.

¿Diversión o ventaja real?

Entonces, ¿son estos rituales magia o mentalidad? Probablemente ambas cosas. Puede que no controlen las cartas ni hagan girar la ruleta, pero dan forma a la experiencia. En un mundo en el que el azar domina el juego, la fe da a los jugadores algo a lo que aferrarse. Y a veces, creer es todo lo que necesitas para sentirte ganador.

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